Mindfulness y Reducción de Estrés

El camino del corazón, las enseñanzas del Buda ante un dilema

Hace poco realizamos un retiro dual de mindfulness en Barcelona, un grupo en formato presencial y otro online, compartiendo meditaciones y explorando el camino del corazón que propuso el Buda. En una de mis charlas hablé de mi experiencia como directivo estresado y de cómo salté del sistema después de años de enfocarme hacia objetivos, luchando demasiado por el crecimiento empresarial. Entonces un asistente me preguntó si la gestión por objetivos y la búsqueda del crecimiento estaban reñidas con el camino del Buda, pero como la pregunta quedó en el chat del Zoom, y no la vi hasta acabar, me ha llevado unos días darle cumplimiento, pero aquí va la respuesta.

Asegurar la ganancia y evitar la pérdida

Los objetivos en la vida son metas que, bien gestionados, permiten orientar los esfuerzos y la energía hacia un fin más elevado. Es fácil ver la relación de los objetivos con la ganancia y la pérdida, que son dos condicionamientos muy poderosos. Además, nuestro cerebro los procesa de forma sesgada, dando entre dos y cinco veces más valor a una pérdida que a una ganancia equivalente (piensa en lo que fastidia perder 50 € frente a encontrar 50 € y entenderás a lo que me refiero). Este sesgo, que se explota en los juegos de apuestas, es una fuente de malas decisiones al querer evitar las pérdidas ya existentes. Pero de eso hablaremos otro día ya que merece un post aparte.

Además, los objetivos tienen una transparencia social muy motivadora, si mi empresa crece o a mí me ascienden, se notará en el equipo humano, en los medios técnicos y en el dinero que me llega al bolsillo. En otro ámbito, comprar una casa o un coche, conseguir pareja o tener un hijo son objetivos personales que se comparten fácilmente y dan sensación de ganancia.

También es importante darse cuenta de que poner demasiado énfasis en el deseo de ganancia o en evitar la pérdida nos impide ver las cosas con claridad. Por ejemplo, ignorando oportunidades o causando daños colaterales de forma involuntaria. El Buda decía que el deseo y el miedo actuaban como tóxicos para la mente sabia, ¡cuidado con tomar decisiones con demasiado deseo o miedo!

La satisfacción del tener o la felicidad de ser

Sin despreciar las fuentes de bienestar derivadas de acumular ganancias y evitar pérdidas,es decir del TENER, que son fáciles de ver, en los cursos MBSR exploramos los cuatro motores del bienestar, que surgen del SER y que tienen que ver con circuitos del cerebro que premian determinado comportamiento. En mi caso, antes citado, me di cuenta, al llegar a la cuarentena, de que había alcanzado mis objetivos empresariales pero no era feliz y no sabía muy bien porqué. Esa sensación de confusión y decepción me llevó a explorar el camino del Buda y a descubrir las fuentes de bienestar que están en el ser o en el estar.
Gracias a la práctica del Mindfulness estoy más presente, me me fijo más en cómo soy y en cómo actúo, de acuerdo con mis valores, en vez de los objetivos que consigo de mi actividad. Pero esto no siempre es fácil, porque en ocasiones hay dilemas que me ponen contra las cuerdas, y ahora tengo alguno presente que me desafía, y no siempre acierto, claro.

El dilema de Arjuna

Pongamos una decisión de trabajo que puede decidirse fácilmente desde el punto de vista empresarial (maximizar ganancia y minimizar pérdida) pero que si la miramos desde el punto de vista humano (sufrimiento de alguna persona concreta o del planeta) la decisión empresarial no satisface el lado humano ¿qué hacer entonces?
O pongamos una decisión personal sobre aceptar un ascenso profesional (ganancia en términos de poder y prestigio), aunque pueda incurrir en costes afectivos al dedicar menos tiempo a la pareja y familia, ¿qué es mejor: renunciar a la promoción o delegar la familia en la pareja?

Este dilema entre los medios y el fin no es nuevo, ya lo sé. Es uno de los dramas clásicos del ser humano. En la historia que narra el Bhagavad Gita , el héroe Arjuna se ve forzado a participar en una guerra civil, defendiendo una causa justa, aunque sea contra sus primos, que están en el otro bando. Antes de la batalla duda sobre qué hacer, si luchar por la justicia o retirase y no hacer daño a sus familiares, entonces recurre a Krishna, la personificación de la divinidad, que le dice: “Solo tienes derecho al acto, no a sus frutos. Nunca consideres que eres la causa de los frutos de tu acción, ni caigas en la inacción”. Frase que me encantó y es la dedicatoria de mi primer libro, Con rumbo propio.

Mi comprensión de este consejo es que hay veces que el camino del deber puede costar la pérdida, en el caso de Arjuna estaba en juego su vida o de la de sus primos. Sin embargo lo que dice Krishna es que, a pesar de todo se seguir al corazón y ser valiente, en este caso, defendiendo la justicia.. Aunque el Buda no apoyaba la violencia si defendía que la ética, en este caso la acción correcta de Arjuna, debía prevalecer sobre la ganancia/perdida de la misma. Krishna termina su recomendación diciendo que lo prioritario ante este dilema es la actitud y que los objetivos o resultados esperables son secundarios.

Seguir al cerebro o al corazón

En la vida, suele ser más fácil orientarse hacia el hacer o el tener, por eso funciona tener objetivos. También suele ser más fácil tomar decisiones “objetivas” sobre ganancia o pérdida, que atribuimos al cerebro, en vez de otras más “subjetivas” y complicadas, relacionadas con el sufrimiento o el bienestar, que serían del corazón. Pero al final del día o, si quieres, al final de la vida te encuentras que la salud, la tranquilidad y los amigos que tienes son resultado de las actitudes y las decisiones tomadas con el corazón, no de la acumulación de ganancias materiales.

Freud que, al igual que el Buda, exploró la mente humana a fondo, decía que las decisiones complejas, como estos dilemas, era mejor tomarlas con el corazón. Porque al final de la vida, las personas, de lo que se arrepienten es de no haber escuchado a su corazón suficientemente, por miedo a la pérdida o por el deseo de lo material.

En mi caso salté del sistema porque me di cuenta de que tanto énfasis en los objetivos a veces generaba un sufrimiento colateral que me incomodaba y era mi fuente de estrés (bendito estrés pienso ahora que lo recuerdo). En aquel momento yo resolví mi dilema siguiendo el camino del corazón que me ha llevado hasta aquí.

¡Bueno! Y entonces, ¿cómo abordar el dilema entre los medios y el fin, entre el qué y el cómo? En mi caso busco la inspiración del Buda e intento es conectar con mi parte más sabia, por ejemplo después de una meditación o en la naturaleza, y me pregunto: ¿cuál sería un comportamiento impecable por mi parte en este dilema? ¿Hay alguna forma de proceder que sea buena para mi y buena para los demás, aunque tenga más riesgo? ¿Hay algún camino, aunque sea difícil o arriesgado, del que me podría sentir orgulloso de haberlo intentado?, independientemente del resultado de mi decisión. Entonces busco en esa perspectiva la inspiración para proceder, aunque no renuncio del todo a los objetivos, eso aún me cuesta (por eso estoy en el camino…).

Si estás con algún dilema, ¡espero que estas reflexiones te sean inspiradoras!

Para saber más sobre los cuatro motores del bienestar interno pincha aquí.
Sobre nuestros programas de reducción de estrés con mindfulness, pincha aquí.

Con mis mejores deseos
Andrés Martín Asuero
Instituto Esmindfulness, Barcelona

3 pensamientos en “El camino del corazón, las enseñanzas del Buda ante un dilema

  1. 25 de diciembre, pensando bajo la lluvia y con un mate en la mano, justo abrí en esta reflexión pasando por una ver como puedo crecer laboralmente así económicamente. Gracias por la reflexion

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