Mindfulness y Reducción de Estrés

ANTIFRAGILIDAD, por qué el amor vence al miedo

Hace unos días visité a una amiga a quien le extirparon del cerebro un tumor del tamaño de una naranja, en plena crisis de la covid-19, y que después tuvo una hemiplejia, durante varias semanas, a consecuencia de la intervención. Yo estaba un poco asustado, pero me la encontré radiante, transmitía serenidad y belleza, incluso más que antes. Le pregunté cómo había sido la experiencia y me dijo que durante la convalecencia meditó mucho, a veces era lo único que podía hacer, que conectó con el amor, con el cuerpo y con la vida. Me dijo que no era algo por lo que ella hubiera decidido pasar, que fue muy duro, pero que ahora lo veía como un aprendizaje importante en su vida. Creo que dijo que sentía que había dado un paso importante en su proceso vital, o algo así entendí yo. Aunque no estaba recuperada al cien por cien transmitía una gran confianza en el proceso de sanación del cuerpo.

Me dejó muy impresionado y salí con el corazón abierto, reflexionando sobre cómo un acontecimiento traumático, como superar un cáncer, puede suponer un trampolín para el desarrollo personal. Con estas, me resonó una idea que llevaba tiempo en mi mente y que recogí de un libro de Nassim Nicholas Taleb, Antifrágil. Las cosas que se benefician del desorden. Aunque ya tiene unos años (el original se publicó en 2012), el tema es de gran actualidad, por la incertidumbre y el caos de estos momentos. Él nos dice que así como los huesos humanos se fortalecen cuando se someten al esfuerzo y a la tensión, o los rumores o disturbios se intensifican cuando alguien intenta reprimirlos, muchas cosas en la vida se benefician del estrés, el desorden, la volatilidad y la confusión. Lo que Taleb ha llamado e identificado como “antifrágil” es esa categoría de cosas que no solo se benefician del caos, sino que lo necesitan para sobrevivir y florecer.
Tormenta en Barcelona
Así que ser antifrágil sería un paso más allá de ser resiliente, quizás sea la actitud fundamental para hacer de la crisis una oportunidad de crecimiento. Pero Taleb no deja claro cómo se cultiva la antifragilidad, aparte de exponiéndose a las fuentes de estrés o caos y superando la prueba; él es un tipo duro de los que les gusta la frase “lo que no te mata te hace más fuerte”. Pero bueno, yo estoy en el mindfulness y me gustaría darle un giro de compasión a la idea, para hacerla más accesible y creo que más poderosa. Para esto vamos a tomar como referencia el mayor desafío del ser humano que es enfrentarse a la muerte.

En su libro Sobre la muerte y los moribundos, Elisabeth Kübler-Ross nos habla de cinco fases que se dan en los procesos de pérdida, ya sea por enfermedad, trabajo o una relación afectiva, y que si los recuerdas si los recuerdas podrás reconocerlos en muchos casos:

1. Negación: no es verdad, ¡tiene que ser un error!
2. Rabia: es injusto, ¡por qué me pasa esto a mí!
3. Pacto: prometo cambiar, dame una oportunidad.
4. Depresión: ¿qué sentido tiene esto?, no puedo más.
5. Aceptación: puedo sostenerlo, puedo superarlo, está bien.

La fase de aceptación se alcanza cuando el amor vence al miedo, a la rabia y a la tristeza, que son reacciones al shock y las emociones más animales. Pero el amor es diferente, ya nos lo enseñaron Jesucristo y muchos otros, quizás sea lo más esencial del ser humano, la expresión de una mente excelente, como decía el Buda. En mi experiencia, este no siempre es un recorrido en una sola dirección, hay veces que yo suelo hacer varias vueltas, porque cuando creo que lo tengo aceptado , aparece la rabia y tengo que volver a empezar, pero al final funciona. Además, cuanto más amor puedo aportar al proceso, antes consigo la regulación emocional. ¡Y también hay un bonus! Con la aceptación suele aparecer una comprensión nueva de la realidad, como si se abriera una puerta desconocida, que estaba allí pero que solo se puede ver cuando el amor ha disipado las otras emociones. Esa puerta te da una nueva perspectiva donde ves lo que tienes o lo que has vivido, en vez de lamentar lo que pierdes, cuando la serenidad que sientes te confirma que esa es la visión correcta.

Aprender a aceptar la inevitabilidad de nuestros mayores miedos es el paso necesario para vivir una vida con plenitud y ello solo se consigue desde el amor. Si quieres ver una lección original de cómo afrontar la muerte con antifragilidad, te recomiendo el episodio 8 de la serie The Midnight Gospel en Netflix; los demás están bien, pero este es brillante. El protagonista, que es el guionista, tiene una conversación con su madre en la que ambos se enfrentan al hecho de que ella morirá pronto de cáncer. Mientras ella charla relajadamente con su hijo le va explicando cómo ve la vida y la diferencia entre aceptar y resignarse, habla del amor, que vence al miedo, y que hay que dejarse llevar por él, porque eso es la vida: vivir, amar, morir no importa, porque el amor no muere. Lo he visto varias veces porque hay una belleza y sabiduría en esta conversación que son impresionantes.

En el momento actual hay un gran desafío colectivo que nos está empujando a nuevos límites, casi hasta el punto de colapsar, y que está alimentando reacciones violentas. Además, a nivel individual vamos a seguir lidiando con miedos y pérdidas, sean de salud, laborales o afectivas. Ante los desafíos hay varias reacciones tradicionales, como el ser más fuertes (robustos) o ser más inteligentes (flexibles), pero no creo que estas actitudes permitan una verdadera transformación personal o social sin el amor. Con la crisis de la covid-19 hemos visto que esta situación de caos y desorden también nos empuja a crear contramedidas sólidas e incluso antifrágiles, donde el amor es la fuerza transformadora: vecinos que se ayudan unos a otros, familias que se apoyan y conversan, respeto por la naturaleza e interés e implicación en órganos de gobierno y enfoques novedosos para viejos problemas. Para mí ese es el camino.

Si cada uno de nosotros decide, desde su ámbito, cómo responder a estos tiempos desafiantes de la covid-19 con coraje —no para realizar una revolución, sino para apoyar una transformación, empezando por una aceptación radical de la realidad, donde el amor por las personas y por toda la vida en la tierra devuelva el foco a lo que nos hace verdaderamente humanos—, quizás entonces podamos aprovechar esta crisis para bien, para ser más sabios que antes.

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Con mis mejoreses deseos
Andrés Martín
Instituto Esmindfulness

2 pensamientos en “ANTIFRAGILIDAD, por qué el amor vence al miedo

  1. Andres, muy interesante la lectura.
    Aunque no se si la he bien. Poder superar nuestros miedos con amor para convertirlos en una oportunidad que nos haga más fuertes.
    Lo volveré a leer.
    Mil gracias por compartirlo.
    Un abrazo.

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