Cómo cultivando empatía podemos recuperar la conexión y el diálogo para superar la actual situación de crisis social y política.
En esta situación excepcional, muchos de nosotros nos preguntamos ¿qué puede hacer un meditador que desea la paz y la conexión en su comunidad? Humildemente quiero ofrecer estas 5 posibilidades que ayudan a re-conectar y sanar esta crisis social, basadas en la práctica de Mindfulness*:
1) Hablar con los que discrepas. En nuestro equipo de instructores de MBSR tenemos distintos puntos de vista, pero los expresamos de forma amable. Hay algunas cosas en las que estamos de acuerdo y en otras no, pero ello no nos impide hablar ni nos genera antipatía. Con la práctica de Mindfulness intentamos mantener la empatía a pesar del desacuerdo.
2) Compartir la preocupación y la esperanza. Reconocer, expresar y regular las emociones, sin necesidad de justificarlas, analizar las causas o interpretarlas (que siempre serán valoraciones parciales). Compartir la emoción cultiva la conexión humana. Todos estamos preocupados por la espiral de intolerancia y todos también deseamos paz y armonía. Es fundamental saber que, en lo verdaderamente importante, nos encontramos todos.
3) Hablar de forma no violenta. En situaciones de carga emocional es importante cuidar mucho el respeto. No interrumpir, no acusar o juzgar, no usar absolutos (siempre/nunca), no tomarse las cosas de forma personal y, sobre todo, intentar comprender. Esta es la base del diálogo, el deseo de comprender. En este sentido se puede leer el sermón del Buddha de la Noble Palabra que es muy inspirador.
4) Abrazar la paradoja. Esta es una ventaja de la meditación Mindfulness, poder sostener dos puntos de vista con ecuanimidad. En última instancia, las personas con un sentido de identidad no basado en una ideología de grupo exhiben una mezcla paradójica de rasgos. Tienen lo que la maestra Budista Arawana Hayashi llama una espalda firme y un pecho abierto: por un lado, tienen principios y límites; hablarán y te mostrarán su auténtico yo, incluso cuando sea incómodo. Pero también son compasivos y vulnerables; no se encarnizan o te ocultan sus verdaderas sus emociones.
5) Distinguir la persona de sus ideas o creencias. Este es un consejo que tomé del Dalai Lama, quien dice que uno puede odiar y luchar contra unas ideas, ciertamente muchas ideologías son ideas tóxicas, como el nazismo o el fascismo, y por lo tanto deben combatirse. Pero ello no implica confundir a la persona con sus ideas. Una persona debe ser tratada con amabilidad, puede cambiar de ideas o puede aprender a respetar a los que no comparten sus ideas; Gandhi y Mandela han sido unos campeones de respetar y perdonar a las personas sin renunciar ellos a sus ideas.
En este conflicto, en tanto en Cataluña como en otras partes de España, se quiere explotar una emoción primaria de pertenencia a un grupo, es sabido que la pertenencia genera oxitocina, que es la hormona del vínculo hacia los “nosotros” y odio hacia los “ellos”. Este deseo de identidad y afinidad personal, lícito y natural, no debe hacernos olvidar el valor de la empatía para ver las situaciones desde distintos puntos de vista y entender mejor las mentes de otras personas. Deshumanizar consiste en cortar nuestra humanidad compartida, lo que lleva a perder la empatía y, en última instancia lleva a, violar la dignidad humana. La empatía se puede entrenar como lo demuestra Tania Singer, del Instituto Max Planck de Alemania, con la práctica de la meditación Mindfulness.
La comunicación profunda es un acto de coraje como lo expresa el arte en esta escultura de Lorenzo Quinn llamada dar y tomar, que es la base del diálogo creativo y amable.
Por ello es importante cultivar un estado mental de apertura y serenidad, saber permanecer solo consigo mismo, sentado en silencio, para unos es meditar, para otros es rezar, con un propósito elevado. Para mí y para mis colegas, en estos momentos de confusión, ese propósito implica cultivar la ecuanimidad y la empatía, para poder aportar algo más valioso que la protesta airada. Sostener el espacio donde impartimos cursos MBSR o prácticas de meditación de forma inclusiva y compasiva, facilitando un espacio de tranquilidad donde las personas encuentren su propia sabiduría con la que, entre todos, recuperemos la convivencia, porque como decía Gandhi “cambia tu mente y cambiará el mundo”.
*Estas 5 ideas están inspiradas en mi experiencia personal y en el libro “Braving the Wilderness: The Quest for True Belonging and the Courage to Stand Alone”, de Brené Brown.
Dr. Andres Martin Asuero
Instituto esMindfulness
Barcelona.
Muy de acuerdo con lo que comenta
Deberíamos elevarnos sobre nuestras emociones cierto, pero creo que estamos en la etapa de un discurso racional y no suprarracional o transracional. Ese discurso racional será mucho más fácil desde la serenidad, pero el contenido del discurso no cambia por mucha meditación que se realice sino que lo puede hacer quizás menos emocional.
Gracias
Felicitaciones por el articulo, muy apropiado para los modos de convivencia q se originan de crisis deshumanizadas y mindfulness aporta con la capacidad de abrir la atencion de corazon. Gracias!!!! :-) :-) :-)