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# 6 – Optimizar o maximizar…esa es la cuestión

Cuando hay que tomar una decisión de menor importancia, siempre me ha parecido ventajoso considerar los elementos a favor y en contra de cada opción. En asuntos vitales, sin embargo…la decisión debería venir desde el insconsciente, de algún lugar interior. Sigmund Freud

A los nuevos lectores indicarles que este comentario se incluye en una serie de reflexiones para ir desmenuzando los elementos que participan en torno a la intención, la decisión y la acción, usando el microscopio de la conciencia plena y la luz de la perspicacia.
En esta entrada, nos enfocaremos en la toma de decisiones y en los factores que inciden en la misma, ya sean conscientes o inconscientes, que como nos avisa el famoso científico de la cita, pueden ser fundamentales.

Hace un par de años leí fascinado el libro de Daniel Kahneman (Pensamiento rápido, pensamiento lento) y me pareció que tenia mucho que ver con la práctica de Mindfulness. Kahneman que tiene el único premio Nobel concedido a un psicólogo por sus investigaciones sobre la toma de decisiones en economía, presenta, al igual que Freud, dos caminos para tomar decisiones que denomina dos tipos de pensamiento. El pensamiento rápido es intuitivo y no supone esfuerzo, mientras que el lento es laborioso y racional.

Aunque Kahneman describe de forma magistral como funciona cada uno de esos sistemas e incluso nos avisa de los casos en los que fallan estrepitosamente, no proporciona una fórmula aplicable para entrenar la toma decisiones. Si nos avisa que muchos fallos en la toma de decisiones se deben a las interferencias emocionales que genera el sentimiento de ganar o perder, asociado a uno mismo. Por ejemplo no es lo mismo tomar decisiones con el dinero de la empresa, de forma profesional pero asumiendo los riesgos de una actividad determinada, que tomar decisiones sobre el propio dinero. Los gestores de fondos lo saben: las mejores decisiones se toman con una cierta ecuanimidad, libre de la codicia excesiva o del miedo a la pérdida. Kahneman concluye que teniendo una mejor conciencia del proceso y vigilando los fallos mejoramos la toma de decisiones. A mi me pareció una sabia recomendación y la he utilizado tanto a nivel personal como en los seminarios que hacemos en Instituto esMindfulness para empresas.

Aunque sabiamos que Mindfulness genera ecuanimidad, algo fundamental en la toma de decisiones, nos faltaba la evidencia sobre si ello era medible. Por eso resulta muy interesante el artículo de Hafenbrack, Kinias y Barsade publicado en Psicological Science donde describen como las personas que practican Mindfulness no solo toman mejores decisiones sino que evitan sesgos cognitivos, como el de los costes incurridos, que es una trampa habitual en la toma de decisiones empresariales, cuando para evitar perdidas se incurre en demasiado riesgo y el resultado es catastrófico.

Otra aproximación a este tema de la toma de decisiones que me resulta interesante es la diferencia de enfoque que tienen las personas a la hora de valorar el esfuerzo para ganar algo. Hay personas que se pueden calificar de Maximizadores, es decir que buscan el mayor beneficio, frente a otros que serian Optimizadores o satisfizadores, es decir que buscan un beneficio adecuado al esfuerzo. Por poner un ejemplo un Optimizador va a comprar pantalones , después de probar varios pares da con uno que le gusta y se da por satisfecho. Un Maximizador sigue probando para asegurarse que ese es la mejor opción. Los estudios dicen que los Maximizadores obtienen mejores resultados que los Optimizadores , por ejemplo a la hora de negociar un sueldo para un trabajo, pero que los Optimizadores son mas felices.
Esta distinción de Optimizador o Maximizador no es discreta sino que se desarrolla de forma continua o gradual desde un extremo al otro del rango: quizás en unos ámbitos de la vida uno es Maximizador y en otros Optimizador. No me queda muy claro, pero es una reflexión que me parece interesante a la hora de valorar la eficacia personal y la satisfacción en la toma de decisiones.
La lógica del Optimizador está basada en el pensamiento rápido, la intuición y en la aplicación de la regla de Pareto que viene a decir que el 80% del resultado se puede conseguir con el 20% del esfuerzo. Es decir que puedo tener un pantalón que me gusta bastante, sin estar demasiado tiempo de compras. Una vez tomada la decisión, el foco de atención pasa a otra cosa. La lógica del Maximizador está orientada al mayor beneficio posible, sigue un pensamiento lento e invierte mas energía en el proceso, por eso es mas difícil tomar la decisión y cambiar el foco. De aquí viene esa insatisfacción sobre si ¿realmente era lo mejor posible?

Una vez que presentados estos caminos para la toma de decisiones, podemos explorar como orientar la práctica de Mindfulness mediante algunas referencias:
1. Reconocer y el deseo de ganar o el miedo a la perdida – En este primer nivel un practicante aprende a identificar si hay deseo en la mente o si hay miedo a perder. Para ello se ejercita en llevar la atención al cuerpo identificando sensaciones, observando su mente con sus emociones y los pensamientos. De esta manera, puede recuperar una cierta ecuanimidad antes de actuar.
2. Valorar – De que forma estoy tomando esta decisión, de forma racional o intuitiva . ¿Es este el camino adecuado?
3. Aprender a soltar – Cuando la decisión está tomada o el momento ha pasado, puedo dejar este tema y volver al momento presente
4. Reflexionar – Si soy Optimizador o Maximizador y explorar que pasa si uso un estilo distinto, que efecto tiene y como se vive. ¿Es algo que puedo cambiar ?

Mayo 2014
Andrés Martín-Asuero
Instituto esmindfulness
Barcelona, España

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