La crisis es un concepto abstracto, que tiene utilidad para comprender una realidad compleja pero que resuena poderosamente a nivel emocional si uno esta afectado por ella. A diferencia de otras amenazas tradicionales, como una sequía o unas inundaciones, donde el peligro se puede afrontar con algunas acciones concretas, en la crisis muchas veces ni se ve, ni se puede hacer nada. Esta situación de indefensión da lugar a emociones aflictivas que reproducen ciclos de preocupación y culpabilidad (rumiación cognitiva) que dificultan un afrontamiento eficaz para superarla.
En momentos de crisis hay cuatro actitudes interesantes que son adaptativas.
1. Aceptación – Tomando conciencia de la situación, sin negarlo o pensar que acabara fácilmente. Entendiendo que tiene unas causas y que es un proceso que va cambiando, del que van surgiendo oportunidades y muriendo otras. Centrando la atención en lo que va surgiendo y en lo que está, en vez de lamentarse de lo que se muere o lo que ya no hay.
2. Compasión – Es un proceso de cambio doloroso, quizás no tanto para uno pero si para muchas personas. Reconocer este sufrimiento es importante para poder cuidarse y cuidar a otras personas. La crisis es un proceso social y por lo tanto debemos salir todos de ella.
3. Responsabilidad – La forma más rápida de salir de una crisis es cuando cada persona se esfuerza por hacer su trabajo lo mejor posible, con los menores recursos y tomando decisiones basadas en el bien común, sin intentar mantener privilegios particulares. Incluso las personas que no tengan trabajo pueden aprovechar la situación para ocuparse de sus familias, de niños, ancianos o de la naturaleza, con cariño. Siempre hay algo que uno sabe hacer y que puede hacer, que le es satisfactorio para si mismo y para el bien común.
4. Cuidarse – Toda situación de crisis produce un desgaste que llamamos estrés y ello deteriora la salud física y mental. Es importante cuidarse, lo que implica descansar y dedicar tiempo a actividades agradables. Hay evidencias que ciertas actividades son regeneradoras como: el deporte, la meditación, cuidar a otras personas, actividades creativas, jardineria etc.
Si resumimos estas cuatro recomendaciones en una idea, Para afrontar las crisis hay que dejar de preocuparse y ocuparse de aquello que funciona y que es satisfactorio en la vida de cada uno. Los aspectos relacionados con la vida (la salud, las relaciones con otras personas y la creatividad) siguen siendo fundamentales.
Si quieres seguir estas ideas, puedes visitar el link siguiente de Natalia Martín Cantero de el diario El Pais