Leonard Cohen o como perder el miedo a envejecer
© Andres Martín 27/9/09

El concierto de Leonard Cohen, celebrado en Barcelona el pasado 21 de septiembre, fue algo especial por muchos motivos. Primero, coincidía con su 75 cumpleaños y esa sensación de aniversario impregnaba el ambiente. Le lanzaron flores, le mostraron pancartas y durante “Suzzane” algunos encendieron velas. Los que teníamos la suerte de estar en la zona de los fans, a unos 10 metros del escenario, pudimos vivir ese ambiente tan especial y de pie, junto al escenario, cantar con el, en su “cumple” como si de un viejo amigo se tratará. El nos correspondió con un concierto de 3 horas culminado con bises llenos de sentimiento. Vaya, que el tipo esta delgado pero su voz y su porte no acusan la edad. Al final dolían las manos de tanto aplaudir.

El concierto se enmarca en una gira que surge cunado el cantante se entera, después de un retiro de 5 años en un monasterio zen, que sus ahorros han desaparecido por robo o mala gestión de su administrador. Para recomponer su malograda pensión vuelve a la carretera, sin amargura, puesto que su actuación desprendía generosidad y simpatía. Tanto que uno se pregunta si ha olvidado lo que le pasó a su pecunio o si en su estancia en el monasterio le enseño el secreto del desapego. En cualquier caso queda la lección de como hacer de un robo un pretexto para disfrutar con lo que a uno le gusta y hacer disfrutar a los amigos.

En lo musical el concierto fue sublime, los músicos (entre los que destacó Javier Mas, un conocido guitarrista de BCN), la orquestación y la presencia de Cohen, que era majestuosa. Asi lo ha reconocido la prensa, cuyos representantes en el estadio aplaudían de pie con la misma intensidad que los fans de platea. Pero en lo humano destaca la humildad del maestro, que da la gracias por el nombre hasta a los chóferes y equipo de seguridad, hace subir al escenario a los “utilleros” que mantienen los instrumentos y se deshace de elogios con el su banda (dejando a las coristas hacer una canción donde el les hacia los coros). Me impresiono como hacia reverencias a sus músicos o al publico, como aguantaba la cabeza con dignidad, inmovil, hasta hacer de ello un acto sagrado.

Con este concierto he perdido el miedo a la vejez, creo que se puede llegar a los 75 años siendo una persona entrañable y admirable, no por lo que haces sino por como lo haces. El ser atractivo y tener talento, algo que parece propio de los jóvenes y guapos, lo encarnaba un señor de 75 años vestido de traje y sombrero, destilando humor y simpatía como pocos. El talento de Cohen es indiscutible, pero no es lo único. Como muestra el documental I´m your man (Cameo films) Cohen es un artista integral que transmite un mensaje sobre le belleza y la esencia del ser humano, usando la poesía y la canción. Anthem es un buen ejemplo de ello, cuando dice …olvida tu ofrenda perfecta. Hay una grieta en todas las cosas… es por donde entra la luz…

Para mi fue un sueño estar allí y poder cantar “feliz cumpleaños” a quien ha compuesto gran parte de la banda sonora de mi vida. Al final del concierto sentía esa combinación de gratitud y energía que le hace a uno darse cuenta que la vida es un milagro maravilloso, donde la vejez solo es un concepto, que afecta al cuerpo pero no debe conquistar a la persona. Aunque estemos jovenes o viejos, nos quedan muchas otras posibilidades desde las que poder relacionarnos y vivir la vida, con plenitud como hace Cohen, haciendo lo que nos gusta con nuestra familia o amigos, como nos dijo de despedida, o estando serenos en la soledad.